Actualizado el lunes, 14 marzo, 2022
Mar Paraguayo, de Wilson Bueno, es una obra de difícil clasificación. Ha sido a menudo descrita como disruptiva, entre otras cosas, por la mezcla de castellano, y portugués (portuñol) en la que está escrita. En esta oportunidad exploramos algunos elementos como el del género, el portuñollenguaje y la resistencia.
La marafona: mujer (poco) convencional
Para empezar deberíamos comentar el significado de la palabra con que se refiere a sí misma el personaje y la narradora de la obra. Marafona, es en realidad un tipo de muñeca utilizada para simbolizar la «fertilidad y felicidad conyugal» en una festividad en Portugal. Sin embargo el significado también es de «meretriz» en portugués. La marafona es una mujer pero un tipo particular de mujer, una mujer que trabaja en un cabaré y que, por si nos queda alguna duda, es una Cuñambatará, que en guaraní (según el elucidário) significa prostituta.
La marafona no es una mujer conservadora ni tiene una definición conservadora de la lengua. Su lengua es la que le es posible en la mezcla de territorios e idiomas en la que está enraizada su historia. Su narración pone en duda los paradigmas nacionales de la lengua y la pureza del lenguaje. En esa mezcla de lenguas también revela sin pudor la sexualidad y le lleva al lector imágenes íntimas. Lo hace, por ejemplo, al referirse a la presencia del deseo sexual del viejo, un hombre de ochenta y cinco años, como «pierna amputada» (tal vez refiriendose a la impotencia) o al coito y la eyaculación con la palabra guaraní porenó. Su narración, que nos confunde entre una declaración de inocencia y de culpabilidad sobre un crimen, nos lleva al cuarto oscuro de la intimidad, la muerte, el deseo y el temor.
Vida marafa
En esta «vida marafa» del balneario en el que vive en donde se intercambia sexo por dinero se pregunta a sí misma qué tipo de preocupaciones tendría si viviera dentro de otro tipo de normalidad social. Y se responde que estas estarían posiblemente fijadas alrededor de la maternidad y las tareas domésticas. A pesar de lo que parece ser una mujer inusual, la marafona representa en muchos casos también a una mujer común.
De hecho, sabemos que tiene un perro y que con él se ejercita en una forma del amor y de la maternidad. Después de todo, la marafona tiene preocupaciones similares a las de esas mujeres que viven otras vidas fuera del balneario: las telenovelas, la fijación con Sônia Braga (una actriz conocida en Brasil), la transformación de su cuerpo con el tiempo, la estética, la edad, el peso y un interés amoroso.
Ante todo la marafona, prostituta de preocupaciones ordinarias, no es una víctima sino su propio proyecto. El drama de la marafona no pretende la compasión del lector, sino un ejercicio de entendimiento de palabras y juegos de lenguaje y de descripción: «Soy mi propria construción e asi me considero la principal culpada por todos los andaimes derruídos de mi projeto esfuerzado. Se chegarem a mim? No se y me persigo, del melhor modo: escribindome aún que esto me custe lancetadas en el ovário y el pulsar de una vena azul cerca del corazón».
Soy mi propria construción e asi me considero la principal culpada por todos los andaimes derruídos de mi projeto esfuerzado. Se chegarem a mim? No se y me persigo, del melhor modo: escribindome aún que esto me custe lancetadas en el ovário y el pulsar d euna vena azul cerca del corazón».
Mar Paraguayo, Wilson Bueno.
El mar del portuñol
Después de la aparición de la obra, el “portuñol salvaje” (nombre que le ha dado Bueno a esta mezcla de portugués y castellano) apareció en otras producciones. Pero antes de esta obra, el portuñol había sido por largo tiempo un medio comunicativo efectivo en zonas de interacción en Paraguay, Brasil y Argentina. Con el crecimiento de la población en estas zonas de contacto, el uso de esta lengua también se volvió más común. Normalmente aparece en intercambios comerciales o de información también en comunidades en internet.

El uso de esta lengua es polémico y ha sido objeto de cuestionamientos, juicios de valor e inclusive se han formulado predicciones. Las escuelas en Brasil y los países de habla hispana en zonas de contacto la han calificado como una expresión perezosa que debe ser corregida con un estudio formal de una de las lenguas. Unos la han descrito como una aberración, como Silvia Ramos, quien ha invitado a dejar de prostituir la lengua portuguesa. (Lo que, es necesario comentar, nos recuerda la profesión de la marafona. Es ella la que se permite este tipo de «prostitución» del cuerpo y de la lengua).
Pero no todos piensan igual, naturalmente. El lingüista Stephan Fischer, por ejemplo, ha estimado la desaparición del portugués y la multiplicación progresiva del portuñol. El lingüista Marcos Marín la ha calificado como una lengua de uso práctico entre hablantes que se comunican en un idioma desconocido y lo logran con diferentes niveles de fluidez.
Sin instrucciones para hablar/escribir en portuñol

El portuñol de Mar Paraguayo fluye concretamente en Guaratuba, la ciudad desde la que narra la marafona, una zona de contacto en el litoral del Paraná. Guaratuba es un lugar para vacacionar en el que interactúan diferentes lenguas. Como se advierte en el prólogo, “hay entre las dos lenguas uma vacilación, uma tensión, uma oscilación permanente: una es el error de la otra”. El portuñol salvaje de esta obra no parte de una definición estática de la lengua o una gramática estricta. Tampoco revela pretensiones reglamentarias o sugerencias sobre un solo uso: «hay una gramática, pero es una gramática sin ley; hay cierta ortografía, pero es una ortografía errática: chuva y lluvia (grafadas de ambas maneras) pueden coexistir en el mismo párrafo» (8) y el lector entiende a pesar de no hablar una de las dos lenguas.
El portuñol salvaje de esta obra no parte de una definición estática de la lengua o una gramática estricta. Tampoco revela pretensiones reglamentarias o sugerencias sobre un solo uso: «hay una gramática, pero es una gramática sin ley; hay cierta ortografía, pero es una ortografía errática: chuva y lluvia (grafadas de ambas maneras) pueden coexistir en el mismo párrafo» (8) y el lector entiende a pesar de no hablar una de las dos lenguas.
La obra revela una conciencia sobre múltiples posibilidades a partir de la mezcla y la alternación del uso de elementos gramáticales de una y otra. Por ejemplo la palabra en castellano (pájaro) con la palabra en la gramática portuguesa (pássaro) y el juego creado a partir de la fusión. Este uso altera la noción de realidad introduciendo una estructura lingüística “irreal” pero inteligible y un personaje posible en ese mundo lingüístico: la marafona. También, claro, le muestra al lector una posibilidad de entendimiento tal vez desconocida.
Mezcla y movimiento
Esta mujer es nieta de una argentina, original de un pueblo guaraní y habitante de una ciudad en Brasil. A menudo habla de su pueblo, de lengua y de lo que para ella representa el guaraní. Ella, que es también resultado de una mezcla, solo puede narrar en esa mezcla y expresa ese deseo de narrar superando las limitaciones tradicionales de la lengua y del territorio: “Yo desearia alcancar todo que vibre e tine abaixo, mucho abaixo de la línea del silencio. No hay idiomas ai. Solo la vertigem de la linguagem”.
Yo desearia alcancar todo que vibre e tine abaixo, mucho abaixo de la línea del silencio. No hay idiomas ai. Solo la vertigem de la linguagem.
Mar Paraguayo, Wilson Bueno.
Portuñol, Guaraní y resistencia
Wilson Bueno escribía para un artículo publicado en el Goethe-Institut que utilizó esta lengua para dar «una respuesta estética al aislamiento histórico en que se encontraban sumergidas las lenguas del continente hispanoamericano». Al uso del “portuhnol selvagem” se incorpora el del guaraní, una lengua también rica en giros culturales y lingüísticos y sinónimo de siglos de resistencia a la colonización en la visión de Bueno. Pero el guaraní no se mezcla en la obra de la manera en la que se mezcla el portugués y el castellano. Este uso está tal vez relacionado aquella visión. En realidad el guaraní no tiene una unidad sólida como podría creerse a partir de la lectura de esta obra, existen distinciones en la práctica. El guaraní paraguayo o jopara, y el guaraní indígena, que recurre con menor frecuencia al préstamo de palabras hispanas.
Un sistema sólido
Bueno usa, sin embargo, el guaraní como un sistema sólido y cerrado. Toma la capacidad aglutinante de la gramática de esta lengua para formar así imágenes progresivamente, en un proceso hecho visible con la unión de palabras. Por ejemplo la siguiente imagen: Pará, Paraná, Paraipete (25). Las palabras aquí significan en castellano: «mar», «río unido al mar», «abismo de mar». Finalmente el lector tampoco tiene que saber guaraní para leer esta obra ya que encuentra un glosario. En él se incluyen todas las palabras en guaraní con su significado y con ello la tarea de la comprensión se puede llevar a cabo efectivamente.
El guaraní es un simbolo de resistencia que además es mucho más efectivo en la voz de una prostituta e inmigrante que representa diversas resistencias posibles en su discurso: la resistencia de la mujer que vive una vida fuera del ordenamiento común, que confiesa un crimen, que envejece, que migra y que no domina una lengua sino una mezcla de tres.
Más allá del portuñol: la subversión del género
La subversión de Mar Paraguayo va más allá de la transgresión de los límites lingüísticos. En general la obra se resiste a clasificaciones sencillas y como anuncia el prólogo, “no es un romance apto para contar por teléfono” (8). La obra se mueve entre los géneros y difícilmente se puede decir que pertenece a una u otra forma de expresión literaria. Bien podría ser un monólogo de una obra teatral, una propuesta poética o una novela. Tampoco se puede valorar la obra en términos limitados al argumento, sucesos o tiempos determinados, porque los sucesos no están tampoco muy claros para el lector.
Solo una cosa esta acima de la duda: la muerte, lo restante es todo ficción, drama, televisiones, literatura.
Mar Paraguayo, Wilson Bueno.
Tradición literaria según una lectura de Foucault
En la introducción de su intervención titulada De lenguaje y literatura Foucault plantea la pregunta que normalmente ocupa a los estudiantes de literatura y escritores (pero que cualquier lector curioso se debería hacer en algún momento): ¿Qué es la literatura? En el transcurso del libro expone una serie de reflexiones al respecto y plantea otras tantas preguntas. La pregunta sobre qué es la literatura parece más bien reciente en la historia humana, al menos según esta intervención.
Foucault la identifica a partir de la obra de Mallarmé, en la que se puede leer la aparición de una figura de cuestionamiento sobre lo literario. El libro antes del siglo diecinueve era “un soporte accesorio de un habla preocupada por la memoria y el retorno” (102), y siguiendo la propuesta de Foucault, a partir del siglo XIX la visión de la literatura no está basada en la historicidad, es decir en la acumulación de producciones en el tiempo y su clasificación en uno u otro período.
Después de este punto parece estar más marcada por un acto de conciencia sobre sí como una transgresión o un juego del lenguaje. A partir de entonces una característica común a la literatura es la transgresión y la muerte (Foucault 67). De esta manera, el ejercicio de Bueno, a pesar de la disrupción que ejercita y de la creación de un personaje poco tradicional, se suma a la tradición literaria de transgredir los límites del lenguaje.
El portuñol en la historia posterior
Pero la obra también tuvo alcances visibles en el mundo más allá de la ésfera literaria en sí. Al menos esto en Brasil donde la obra es más conocida. En el 2008 se publicó en O Globo un manifiesto en portuñol salvaje. En él se declaraba la oposición a un negocio de una hidroeléctrica que produce energía en Paraguay para exportarla a Brasil a bajo precio. Los autores piden que se queme el contrato injusto y se busque una alternativa para hacerlo más equitativo para ambos países. Justifican el uso de esta lengua en el manifiesto en que esta es “la lengua mais hermoza de la triple frontera, onde cabem todas las lenguas del mundo, incluso las ameríndias».
El documento que tenía implicaciones políticas pero también estéticas nos recuerda una expresión familiar a las vanguardias del siglo anterior. Y también el alcance de la literatura en la vida cotidiana. En él se solicita una transformación poética escrita en un lenguaje que pretende superar las fronteras por un grupo de personas que desean la disolución de las fronteras. El portuñol se presenta una vez más como una forma de desbordamiento y también de una resistencia que no puede ser contenida por los límites nacionales y que pretende manifestarse otro fenómeno también desbordado: la corrupción. Se firma en nombre del amor, de la disolución del sexismo y de los juegos lucrativos depravados.
Para terminar: un ejercicio en portuñol
Esta obra genera pasiones extremas. Los lectores o la aman o la odian, o la devoran en una tarde o la abandonan para siempre después de algunas páginas. Desafortunadamente no muchas personas se encuentran con ella en sus estudios literarios. Tal vez esto se explique en la falta de comunicación que existe entre el mundo de habla portuguesa y el mundo de habla hispana fuera de las fronteras y que ya denunciaba Antonio Candido y Ángel Rama. Precisamente lo que permite este libro, más allá del goce estético, es reconocer un puente ya extendido entre ambos mundos pero desconocido para los que viven lejos de esas fronteras.
Muy interesante, gracias.
Gracias a ti, Emilio.