Actualizado el lunes, 14 marzo, 2022
La espermatogénesis es el proceso de generación de espermatozoides. Con los crecientes problemas infertilidad masculina es apropiado revisar qué altera este proceso.
Es un proceso complejo (y microscópico) que no ha sido todavía completamente entendido. Muchos vídeos describen gráficamente la fertilización, pero la espermatogénesis es microscópica y mucho más compleja de visualizar.
Es evidente que hay dificultad para describir un proceso difícil de observar. Recién en 1841 se describió oficialmente la espermatogénesis, aunque un par de siglos antes (1678) un holandés describía en cartas sus observaciones (a través de microscopios fabricados por él) de los espermatozoides de un «eyaculado». Desde entonces se ha creado un cuerpo de conocimiento sobre las condiciones indispensables para que ocurra correctamente. También se ha observado que la organización del proceso es diferente en los humanos que en otros animales y que actualmente las alteraciones en la espermatogénesis provocan numerosos problemas de fertilidad.
Cómo funciona la espermatogénesis
La espermatogénesis se activa desde la pubertad, aunque factores anteriores pueden definirlo. En realidad es un proceso que empieza desde el desarrollo fetal del individuo masculino al interior de la madre y varía en el tiempo. En todas sus etapas es susceptible a cambios. Estas alteraciones tienen la capacidad de definir la calidad, movilidad y el conteo de los espermatozoides que produce el individuo en su vida adulta. Muchas de esas alteraciones se deben a la interacción del individuo con químicos nocivos (generalmente en situaciones laborales o en ambientes contaminados), al estilo de vida (por ejemplo pasar mucho tiempo sentado o en posturas en las que hay rozamiento testicular prolongado). El análisis de esas circunstancias es imprescindible al consultar sobre infertilidad masculina.
Desarrollo fetal y espermatogénesis en la vida adulta
La espermatogénesis se inicia en la pubertad y desde entonces el proceso continua a lo largo de la vida en hombres normales. Sin embargo las bases del proceso ya han sido fijadas durante el desarrollo fetal del individuo y «la alteración de los eventos en este momento puede tener un impacto posterior en la escala o la calidad de la espermatogénesis en la edad adulta»(1697). Las alteraciones durante el desarrollo fetal se consideran procesos «probablemente irreversibles» que tendrán consecuencias en la espermatogénesis en adultos.
En otras palabras, lo que ocurre antes del nacimiento en el periodo de gestación predetermina la capacidad para producir esperma (y por lo tanto el conteo de esperma) en la edad adulta. Por ejemplo, el contacto con ciertas sustancias nocivas durante el embarazo cuando un varón está en gestación, puede tener repercusiones en la calidad de fertilidad de ese individuo décadas más tarde.
Las alteraciones que afectan la fertilidad pueden producirse como consecuencia de condiciones exteriores. Así, se pueden observar diferencias regionales en el número y la calidad de los espermatozoides que pueden revelar condiciones medioambientales diferentes y factores contaminantes. Algunas alteraciones están relacionadas con la ocupación del individuo, por ejemplo la exposición al calor o a sustancias tóxicas.
Infertilidad humana y el factor masculino
La prevalencia de la infertilidad de pareja es alta «en muchos países afecta a una de cada siete parejas, siendo la causa más comúnmente identificada el factor masculino» (Environmental/lifestyle effects on spermatogenesis, Sharpe). Uno de los artículos consultados propone que los estudios solamente pueden explicar 15% de los casos de infertilidad masculina. También está el punto de que la fertilidad en los hombres es mucho más frágil frente a la fertilidad de otros animales. Es decir, si se analizan comparativamente las muestras, hay un número menor de espermatozoides «normales» (la normalidad se refiere a la capacidad de movilidad del espermatozoide) en la producción del hombre. Esto se ha señalado en comparación a animales domésticos (toro, carnero) o de laboratorio (rata, ratón) en los que más del 90% de los espermatozoides pueden clasificarse como normales.
Pero en humanos está marcado por el estilo de vida propio de la especie. La actividad humana está conectada con muchos de elementos que afectan negativamente la espermatogénesis. Esta ha sido una preocupación polémica que no ha sido resuelta, porque hay más de un factor que puede estar involucrado. Y también, se convierte en un tema particularmente delicado para poblaciones que experimentan disminución en la tasa de fecundidad.
Los hombres son cada vez más infertiles
En una serie de estudios prospectivos y estandarizados llevados a cabo en Europa durante los últimos 10 años, se ha encontrado que la prevalencia de un recuento de espermatozoides es anormalmente bajo estándares de la OMS en hombres jóvenes (18-25 años de edad), entre 15-20%. Algunas sustancias tóxicas han sido retiradas (como el DBCP, un plaguicida anteriormente usado en plantaciones de plátanos y piñas), pero otros factores asociados al estilo de vida, como la obesidad, el uso de tabaco y el alcohol, pueden afectar los resultados.
Factores que afectan negativamente el conteo de esperma
El proceso de diferenciación testicular que sucede durante el desarrollo fetal establece la estructura y organización celular del testículo, lo que resulta vital para la producción de espermatozoides en la vida adulta. Las células Sertoli (aportan la estructura y el microclima preciso para que la espermatogénesis se desarrolle adecuadamente) proliferan durante el periodo fetal, el período neonatal y justo antes de la pubertad. Es posible que las circunstancias medioambientales afecten en cualquiera de estos periodos la proliferación de células Sertoli, y que con ello se reduzca el número de estas células, lo que tendrá consecuencias posteriores en la fertilidad. Durante el período de desarrollo fetal la exposición de la madre a ciertos cosméticos puede alterar el proceso.
Estilo de vida
En la vida adulta, una posición sedentaria, la exposición al calor en la zona del escroto y el contacto con sustancias tóxicas en el lugar de trabajo son los factores que pueden modificar la espermatogénesis, aunque puede tratarse de cambios reversibles. Por otra parte la obesidad, el humo (y el humo producido por combustible Diesel) pueden afectar el proceso en cualquiera de las etapas principales.
Exposición a sustancias químicas y cosméticos
Algunas de las sustancias nocivas también se encuentran en productos cosméticos, aunque algunos solamente tienen efectos tóxicos para el proceso a niveles altos de concentración que la población general no experimenta. Estas sustancias en productos cosméticos tienen efectos en el proceso durante la etapa prenatal, pero también se sospecha que afectan la espermatogénesis en hombres adultos:
El uso de cremas solares y artículos de tocador básicos será más generalizado. Dichos productos contienen numerosos productos químicos, al menos dos de los cuales (varios tipos de parabenos o ftalatos) han sido relacionados con efectos adversos sobre la producción de testosterona y / o esperma en animales. (Aunque en el caso de los ftalatos estos efectos solo se han encontrado después de la exposición a niveles extremadamente altos).
Environmental/lifestyle effects on spermatogenesis» de Richard Sharpe publicado en Philoshopical Transactions
Muchos de los componentes que pueden alterar la espermatogénesis y la fertilidad están en productos que todos consumimos con regularidad. Aunque la mayoría de los cambios son reversibles, está claro que otros no. El artículo de Richard Sharpe propone la identificación y control de estos factores como medida adecuada. En todo caso más adecuada antes de iniciar procesos largos y costosos de pruebas de drogas terapéuticas.
Lista de sustancias vinculadas con alteraciones en la espermatogénesis
- Éteres de glicol como el éter monometílico de etilenglicol. Son compuestos altamente volátiles que se utilizan como disolventes. Han sido identificados en muchos estudios con casos de infertilidad asociados con la exposición a sustancias tóxicas comunes en pinturas y limpiadores
- Pesticidas
- El plomo inorgánico y otros metales pesados (cadmio, mercurio), humos de soldadura de metales y disulfuro de carbono
- Exposición a hexanodiona (un ingrediente de la gasolina)
- Productos cosméticos que contengan parabenos o ftalatos