La eyaculación femenina y el sistema urogenital

Actualizado el miércoles, 15 junio, 2022

El problema de describir algunos procesos de la sexualidad humana radica en la dificultad de observarlos. Sobre la eyaculación femenina no hay un consenso ni en la medicina ni en la opinión de las mujeres. Y solamente la experiencia no basta para esclarecer dudas. Algunas mujeres dan fe de la existencia del fenómeno pero muchas otras no creen que existe. Otras consideran que el líquido que expulsan es parte de algún problema de incontinencia urinaria. En los casos en los que no se percibe ninguna emisión de un fluido existen también teorías para explicarlo: el líquido de la eyaculación puede ser escaso o puede que se dirija retrógradamente hacia la vejiga, como ocurre en algunos varones con eyaculación retrógrada.

¿Existe o no la eyaculación femenina?

Para afrontar esta duda estudios diferentes han analizado la orina de un grupo de mujeres antes y después del orgasmo. El resultado: los líquidos pre y post orgásmicos no son iguales. El fluido atribuido a la eyaculación mostró un contenido significativamente mayor en fosfatasa de ácido prostático y fructuosa (presente en la eyaculación masculina) y significativamente menor en concentraciones de urea y creatinina (componentes de la orina).

En otras palabras, el fluido atribuido a la eyaculación en esos estudios no es el mismo líquido de la orina. Este fluido mostró similitudes con el secretado por los varones en la eyaculación. A excepción, claro está, de la presencia de espermatozoides. Lo que sugiere que hay un sistema, la próstata femenina (o como sea más apropiado llamarlo) que libera contenido a través de un mecanismo eyaculatorio. Este sistema está conectado a la actividad sexual, aunque la eyaculación puede suceder tanto en la excitación sexual como en el orgasmo.

El «pequeño» misterio del sistema urogenital femenino

Un par de estudios contradictorios, sin embargo, han mostrado que no hay una diferencia entre la orina antes y después del orgasmo. Lo que puede explicarse a partir del fenómeno de la incontinencia urinaria. No todas las mujeres tienen esta experiencia, pero tampoco pueden omitirse por completo esos casos. De la misma manera, no tendría sentido ignorar los resultados que muestran una diferencia clara en la composición de los líquidos. Esos resultados sugieren que independientemente de la incontinencia, hay una secreción diferente a la orina.

Aristóteles ya había observado que las mujeres expelen un fluido en el momento del orgasmo. De Graaf (1672), en su Nuevo tratado sobre los órganos generativos de mujeres, describió este fluido como un líquido que sale con «ímpetu» y «de un solo chorro»(Whipple y Zaviacic,148). Por otro lado, en el siglo XIX Skene describió un sistema de glándulas y conductos que posteriormente se hizo conocido como «próstata femenina». Se especuló, a partir de una revisión de la literatura hecha por Sevely y Bennett (1978) que algunas mujeres eyaculan y que la fuente de la eyaculación es la próstata femenina. Esto es, un sistema de glándulas y conductos que rodea la uretra femenina y que se desarrolla a partir del mismo tejido embriológico que la próstata masculina.

La próstata femenina

La teoría de la próstata femenina se postuló por primera vez en 1672. Por diversas razones no ha recibido la misma atención que la próstata masculina, la principal es que esta es significativamente más pequeña y difícil de estudiar. También, las enfermedades de la próstata femenina (se asume) son menos frecuentes y menos peligrosas. Al menos si se hace una comparación: 80% de los hombres mayores de ochenta años tienen algún problema de próstata.

La próstata femenina es un pequeño órgano funcional que produce una secreción prostática femenina. Tiene células con función neuroendocrina, comparable a la próstata masculina. Pero se indica también la confusión que puede generar esta denominación. Aunque ambos sistemas son comparables, no tienen las mismas funciones y en el caso femenino, por ejemplo, no dependen del nivel de andrógenos testicular de los varones. Lo indicado en muchos casos es referirse a este sistema como «glándulas de Skene».

Aún por resolver: los mecanismos anatómicos de la sexualidad

Se puede concluir que sí, existe una forma de eyaculación femenina, aunque este no sea el nombre más apropiado. No es exactamente igual al mecanismo masculino, pero tiene similitudes, entre ellas algunos de los mismos componentes y también funciones que todavía no podemos entender. Hay dudas respecto a cómo funciona el sistema y cuánto de la teoría del punto G puede conectarse al mecanismo de la eyaculación femenina. Pero también están claras las ventajas de los hallazgos: se está un poco más cerca de entender la sexualidad femenina a nivel fisiológico y hay más herramientas para hablar de sus fenómenos y explicar las experiencias de las mujeres.

Muchas mujeres que sentían que podrían estar orinando durante las relaciones sexuales tienen ahora el conocimiento de que el líquido que expulsan puede ser diferente de la orina y es un fenómeno normal que ocurre durante la respuesta sexual.

Update on the Female Prostate and the Phenomenon of Female Ejaculation, Whipple and Zaviacic, p. 149.

Muchas veces la próstata femenina se ha considerado una estructura vestigial, pero se reconoce que este es un tema aún por explorar. Varios estudios reportan patologías, infecciones, inflamaciones y carcinomas, lo que lleva a pensar que es una estructura activa cuyo funcionamiento se desconoce. La tarea del porvenir es identificar propiamente las estructuras que forman parte del fenómeno. Y, tal vez más complejo aún, analizar las diferencias que pueden aportar el ciclo menstrual y reproductivo de las mujeres a su experiencia particular de la eyaculación (y el orgasmo).

*Este texto hace parte de una serie dedicada a la sexualidad humana. Para leer más textos como este, puedes unirte al boletín de sexualidad.