Anatomía genital externa femenina

Anatomía genital femenina: ideas erróneas

Actualizado el jueves, 28 julio, 2022

Se habla sobre vulvas aunque con poca seriedad (y con términos erróneos), ¿por qué no saber un poco más de ellas?

Parte importante de la vida social humana en la historia recopilada ha consistido en hablar sobre los cuerpos de las mujeres (y legislar e intervenir sobre ellos). Pero algunos de los comentarios que se reproducen cotidianamente contienen en sí ideas erróneas que no corresponden con lo que se describe en el campo médico.

La confusión entre «vulva» y «vagina»

La confusión es generalizada, no solo en la lengua castellana, y el uso erróneo del término se reproduce en diferentes campos. La vulva (que muchas de las personas confunden con el término «vagina») contiene los órganos genitales externos, entre ellos el monte de Venus, labios mayores y menores, el vestíbulo de la vagina, el clítoris y los bulbos del vestíbulo. La vagina, el conducto muscular (y elástico) que va desde el cérvix hasta el vestíbulo de la vagina, hace parte del grupo de órganos genitales internos. En ese grupo está el útero, el cuerpo y el cuello uterino, las trompas de falopio y los ovarios.

«La vulva necesita productos de higiene femenina»

Otra creencia errónea es que la vulva requiere de algún tipo de producto para mantener la higiene, y con ello su buen estado. En realidad no son recomendables los jabones íntimos y tampoco las duchas vaginales que enjuagan el interior de la vagina. Se sospecha que expulsan patógenos hacia adentro, y eliminan bacterias buenas y secreciones importantes, alterando el pH de la vagina.

La vulva tiene un pH ácido que combate bacterias nocivas. También contiene bacterias benéficas, por ello no se recomienda el uso de ningún producto para limpiarla. Con el agua es suficiente, y si hay malos olores, en vez de comprar algún producto que promete frescura, acudir a una revisión médica.

Los medios y las estrategias de marketing promueven el uso de productos de limpieza, el hábito se refuerza a través de los comentarios de las personas, y según algunos investigadores, el solo hecho de hablar de los riesgos de estos productos tiene muy poca capacidad de cambiar los hábitos de las mujeres.

El himen como prueba de la virginidad

El himen es un tejido que divide la vagina de la vulva. Tiene formas muy diversas, puede tener perforaciones o septos, incluso puede ser prácticamente inexistente. Puede lesionarse de múltiples maneras sin penetración, puede haber o no sangrado con estas lesiones y puede lesionarse o no con las relaciones sexuales. Y no necesariamente se lesiona durante el primer coito.

Por tanto la conexión del himen con la virginidad no tiene mucho sentido. Sobre todo si se tiene en cuenta que las relaciones sexuales no están limitadas a las relaciones coitales, y si se quiere discutir es necesario hablar de sexualidad y de prácticas sexuales en todo el amplio espectro que se presentan.